Usamos tintes naturales desarrollados a partir de plantas, raíces y minerales para lograr un color único e irrepetible para cada una de nuestras piezas.

En un mundo en el que los colores creados de manera digital invaden pantallas y espacios físicos, decidimos ponernos en manos de la naturaleza para lograr una paleta de color de matices infinitos. A través de frutas, cáscaras, minerales, raíces y plantas dispuestas en grandes ollas que desprenden olores leñosos y vegetales, las artesanas sumergen trozos de tela que reposan a fuego lento y comienzan a absorber los tintes.

El uso de tintes naturales reduce enormemente la cantidad de residuos tóxicos generados, que contaminan no sólo la ropa, sino el ecosistema de las comunidades donde producimos nuestros productos. Además, los procesos que aplicamos en nuestros talleres de tintado natural requieren hasta 500 veces menos agua que otros procesos químicos.

Tanto las condiciones meteorológicas como el contexto en que tintamos nuestros productos determinan el color final, lo que nos permite crear piezas realmente únicas en sincronía con la naturaleza. Por ejemplo, la misma receta nos dará resultados de color muy distintos dependiendo de si el agua que usamos en el proceso proviene de la temporada de monzones o no. En otras ocasiones, para poder lograr colores muy concretos, son necesarias temperaturas y tiempos de exposición a la luz solar muy específicos.

Es un proceso artesanal, mágico, algo que no ofrecen las alternativas sintéticas. Además de cuidar el medio ambiente es una manera de expresar creatividad y conectar con la naturaleza. Los resultados nunca son exactos y un producto nunca es idéntico al otro, ya que dependiendo del tipo de agua utilizada, o el momento del año en el que el material elegido para teñir fue recogido puede afectar al resultado final. Cada producto tiene su historia y es único.