DESIGNED BY AN IMMIGRANT, CRAFTED BY AN ARTISAN

Esta es la colección cápsula que hemos creado junto a Top Manta para reivindicar el arte y la cultura del sur global y demostrar que otra forma de producir y de vivir es posible e imprescindible.

La colección es un tributo a las creaciones culturales y artísticas del sur global, históricamente menospreciadas por la hegemonía cultural europea. "Designed by an immigrant, crafted by an artisan" quiere convertirse en un manual de buenas prácticas en el que puedan reflejarse marcas fast fashion de todo el mundo.

El bogolán, el patrón presente en las tres piezas, es una forma ancestral de arte textil originaria de la región de Bamako (Mali) que combina patrones geométricos y decorativos cargados de significado.

Tradicionalmente estos patrones contaban mitos, historias familiares o simplemente hablaban de la vida cotidiana, convirtiéndose en una forma de comunicación y de preservación de la memoria histórica. El estampado de esta colección ha sido reinterpretado con elementos icónicos del colectivo Top Manta.

La piragua recuerda el peligroso viaje migratorio que inician las personas migrantes del África occidental hacia Europa; la pantera es un homenaje a los Black Panthers de Estados Unidos; el “✳” es el símbolo con el que se identifican las organizaciones sociales y activistas antirracistas en las redes sociales y las circunferencias concéntricas representan el valor de la solidaridad, que es el sentir que mueve tanto a Top Manta como a Hemper.

A diferencia de las producciones a gran escala del fast fashion, que se aprovechan de los pocos –o nulos– derechos laborales existentes en algunos países del sur global, Top Manta y Hemper han optado desde siempre por el camino imprescindible de la producción ética y sostenible. Esta colección supone un paso más en este camino, y espera servir de inspiración para otras marcas. La trazabilidad de todos los productos que conforman la colección hace que esta sea una de las más sostenibles que se han hecho nunca en nuestro país.

El algodón ha sido cultivado, recolectado y desmontado en Andalucía por pequeños agricultores ecológicos locales e hilado, tejido y acabado en Cataluña por la pequeña (antes enorme) industria textil catalana, castigada desde hace años por la deslocalización de las grandes empresas a países del este y el sur.

El cáñamo de las mochilas crece de forma salvaje en las regiones de Bajura, Ropa y Rukum, donde la comunidad local cultiva y desarrolla tejidos de cáñamo desde hace siglos. El cáñamo es considerado la fibra más sostenible del planeta al tratarse de una planta regenerativa que absorbe una cantidad enorme de CO2 y necesita un 10% menos de agua que el algodón convencional. Por ser salvaje, además no necesita riego, herbicidas o pesticidas. Además, se tiñe con tintes naturales desarrollados a partir de plantas, raíces y minerales.